Historia
EL COTTOLENGO DEL PADRE ALEGRE,
UNA REALIDAD QUE VIVE HOY
“Para mí todo el mundo se reduce a amar a Dios y a los pobrecitos por amor de Dios.
Pero amor de obras, no de palabras”
(P. Jacinto Alegre)

San José Benito Cottolengo

P. Jacinto Alegre Pujals, S.J. Fundador

P. Juan Guim Molet, S.J.

Sres. Zaragoza

Inicios
San José Benito Cottolengo
(Bra, 1786- Turín, 1842)
El 8 de junio de 1811 fue ordenado sacerdote en Turín y poco después ingresó en los Canónigos del Corpus Domine. En 1827 vivió un acontecimiento que marcó su vida, el encuentro con una mujer enferma y pobre que viajaba con su marido e hijos de Milán hacia Lyon. La mujer necesitaba con urgencia asistencia médica, pero no es acogida en ningún hospital dado que está embarazada y padece una enfermedad contagiosa.
Llaman a San José Benito Cottolengo para que le administre la Santa Unción y él es testigo de la muerte de la mujer y de la niña que acaba de nacer.
Ante este hecho va a los pies de la Virgen: “¿Por qué Dios ha querido que sea espectador de una muerte así?, ¿qué querrá Dios de mí?”.
Exclama: “La gracia está hecha. Bendita sea la Señora”.
El 17 de enero de 1828, Cottolengo alquila una sencilla habitación con camas, comienza la aventura de la Providencia: La Volta Rossa, pero en 1831 estalla una epidemia de cólera que afecta Turín y mandan cerrar la casa, se trasladan a las afueras de la ciudad, al barrio de Valdocco y así queda ya instituida para siempre la PICCOLA CASA DELLA DIVINA PROVIDENZZA. DEO GRATIAS! una casa donde se da respuesta al sufrimiento y a la miseria del mundo; una casa donde cada marginado que llama a la puerta, la Divina Providencia le asegura un pedazo de pan, una cama y sobre todo una persona capaz de compartir su pobreza y dispuesto a luchar para que su liberación sea la mayor posible, creando una familia, que tiene por modelo la primera comunidad de la Iglesia apostólica, donde todos viven con un sólo corazón y no hay ningún necesitado.
P. Jacinto Alegre Pujals, S.J.
(Terrassa, 1874 – Barcelona, 1930)
Fue un jesuita dinámico, entregado con entusiasmo incansable a su trabajo. Al mismo tiempo, su alma rezumaba amor de Dios y muchas horas de oración silenciosa.
Su vida se movió entre dos polos: la juventud y los pobres. Amaba a los jóvenes, y amaba a los débiles. En su Congregación Mariana de la Anunciación de San Juan Berchmans, en la Barcelona de los años veinte veía crecer una sociedad débil y les infundía amor a María y a Jesús. Un amor basado en la fe y en el sentido de un apostolado que irradiara esperanza, como la que él mismo tenía.
Por ello amaba también a los pobres, a los marginados, a los descartados de la vida. “Para mí todo el mundo se reduce a amar a Dios y a los pobrecitos por amor de Dios; pero con amor de obras, no de palabras”.
De ahí le surgió la idea de repetir en su patria lo que San José B. Cottolengo había hecho en Italia. No pudo verlo realizado por morir tan pronto, pero esa semilla arraigó en su superior P. Juan Guim, y sus congregantes, D. Rómulo Zaragoza, Dr. Juan Bautista Roset y D. Salvador Saus entre otros, e impulsó el nacimiento del “Cottolengo del Padre Alegre”. Era una muestra de la confianza en Dios –todo dependía de Él- y una prueba realista de su amor a los hombres.
«Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo, pero si muere da mucho fruto» (Jn. 12,24)
La actividad de su vida de apóstol desde la Iglesia de los Jesuitas de Caspe, fue múltiple: escritos, conferencias, visitas a enfermos, largas horas de confesionario y de dirección espiritual, predicación, ejercicios espirituales. Jóvenes y mayores acudían a él para encontrar la paz del alma y la fuerza para vivir cada vez mejor el Evangelio.
Acompañó en diversas ocasiones a los enfermos con la Hospitalidad de Lourdes a la Gruta de Massabielle, siendo para todos motivo de consuelo en el sufrimiento.
Falleció en Barcelona rodeado del que entonces era su Obispo, Dr. Manuel Irurita, su superior el P. Juan Guim y sus congregantes, entre ellos el Sr. Rómulo Zaragoza.
En la hora de su muerte lamentaba el fallecer sin haber fundado un Cottolengo, le dijeron: “Interceda usted desde el cielo, que nosotros en su nombre fundaremos”.
P. Juan Guim Molet, S.J.
(Co-fundador de la Congregación de Hermanas Servidoras de Jesús del Cottolengo del Padre Alegre)
Nació en Vallfogona de Riucorb (Tarragona) en 1873. A los 17 años ingresó en el Noviciado de la Compañía de Jesús, en Veruela.
Fue ordenado sacerdote en Tortosa el 31 de julio de 1907.
Como jesuita desempeñó varios cargos de gobierno: Maestro de novicios, Visitador de las Misiones en Filipinas, Japón y China, Provincial… Era un jesuita totalmente dado a Dios y a la Iglesia, apóstol incansable de la caridad en todo su hacer y sentir. Fue compañero del P. Alegre desde el noviciado, y pocas horas antes de morir le prometió fundar el Cottolengo en su nombre. Obra que llevó a cabo con entusiasmo y entrega.
A su muerte, el 20 de febrero de 1959 en Sant Cugat del Vallés, se habían fundado cinco Cottolengos. Sus restos descansan en la Capilla del Cottolengo del P. Alegre en Barcelona.
“Las Hermanas han de estar siempre dispuestas a la práctica de la caridad, sin perder nunca el espíritu de oración y unión con Dios, que han de ser, las dos compañeras inseparables de nuestra acción externa, que debe ser nuestra continua oración”.
(P. Guim)
Sres. Zaragoza
Dña. Elisa Carbó Riera (Barcelona, 1895 – 1992) y D. Rómulo Zaragoza y de Navas (Barcelona, 1894 – 1984)
El Sr. Zaragoza estudió Ingeniería en la Escuela Industrial de Terrasa. Posteriormente contrajo matrimonio con Elisa Carbó Riera el 5 de noviembre de 1917, en el Camarín de la Basílica de Ntra. Sra. de La Merced, donde también celebraron sus bodas de plata y oro.
De su matrimonio nacieron cinco hijos.
En 1918, a raíz de la muerte del P. Puig, S.J. , Director de la Congregación Mariana a la que pertenecía, el Sr. Zaragoza conoció al P. Alegre, quien le atrajo inmediatamente, por su humildad, caridad y simplicidad. Fue su director espiritual hasta su muerte. Junto con el Padre Guim y otros congregantes prometieron al P. Alegre en su lecho de muerte, llevar a cabo su deseo de fundar un Cottolengo en Barcelona.
Los señores Zaragoza junto con sus hijos fueron instrumentos del Señor para el inicio de la Obra. Colaboraron con generosa entrega y unieron su vida al Cottolengo hasta que éste pudo ser dirigido por la Congregación Religiosa de las Hermanas Servidoras de Jesús del Cottolengo del Padre Alegre.
Tras su muerte, sus restos reposan en la Capilla del Cottolengo del Padre Alegre en Barcelona.
Inicios
1931- 1939
A los dos años de la muerte del P. Jacinto Alegre, su superior el P. Guim junto con el Sr. Zaragoza y otros hijos espirituales del P. Alegre se juntan en el claustro de la Iglesia de la Concepción para llevar a cabo el deseo del P. Alegre de fundar un Cottolengo en Barcelona.
El 10 de diciembre de 1932, nace la Asociación Alegre ubicada en la calle Pasaje de Tasso, 10, con un comedor para cien niños pobres del Patronado de la Sagrada Familia y catequesis. Poco después ingresa el primer enfermo, Pepito Sánchez, al que le siguen otros adquiriendo así la obra su carisma particular.
El Cottolengo del Padre Alegre comienza su andadura en estos años previos a la guerra civil llevado de la mano de voluntarios a los que el P. Alegre había trasmitido su amor a los pobres.
En el año 1934 debido al aumento de personas acogidas, el Cottolengo se traslada a la calle Arrabal, 20.
Un hecho providencial ocurre en 1936, un día antes de que estalle la Guerra Civil, las necesidades de una casa que reúna mejores instalaciones hace que se trasladen a la calle Azucena, 2 y así no serán perseguidos los colaboradores que llevan la obra.
1939- 1942
En 1939, nace la Pía Unión de Hermanas Servidoras de Jesús que une su futuro al Cottolengo del P. Alegre, encargándose del cuidado de las enfermas y de la casa.
Fue el 23 de octubre, fiesta de Cristo Rey, cuando las Hermanas profesaron los votos de castidad, pobreza, obediencia y caridad, observando el carisma de abandono en la Divina Providencia.
1942-1948
El 3 de octubre de 1942, fiesta de Sta. Teresita se traslada todo el personal del Cottolengo a Carretera del Carmelo, donde se encuentra en la actualidad.
Son muchas las peticiones que llegan solicitando nuevas fundaciones desde otros puntos de España.
La primera fundación es Valencia en mayo de 1943.
En enero de 1944, nace la Pía Asociación de los Hermanos Servidores de Jesús que ejercerá su labor en los Cottolengos de Barcelona y las Hurdes.
Actualmente hay un resurgir de esta Asociación.
La obra se expande:
1948: Fundación del Cottolengo del P. Alegre en Madrid.
1951: Fundación del Cottolengo del P. Alegre en Santiago de Compostela.
1952: Fundación del Cottolengo del P. Alegre en Las Hurdes (La Fragosa).
1963: Fundación del Cottolengo del P. Alegre en Alicante.
En 1969, las Hermanas son reconocidas como Congregación Religiosa de Derecho Diocesano.
En 1970 fallece nuestra Fundadora, Madre Dolores Permanyer i Volart.
La Congregación se consolida y hay nuevas fundaciones.
1984: Fundación del Cottolengo en Buenaventura (Colombia).
1985: Aprobación Pontificia.
1988: Aprobación de las Constituciones.
1998: Fundación del Cottolengo en Popayán (Colombia).
Nuestra historia es un testimonio real del Amor providente de un Dios misericordioso que no abandona a sus preferidos, los más necesitados, pobres y enfermos, y si hoy se visita cualquiera de los Cottolengos esta idea, plasmada en palabras, se convierte en una realidad hecha vida.